domingo, 11 de abril de 2010

LAS FÁBRICAS DE AGUA

Por
Por Dr. Raul A. Montenegro
Biólogo. Profesor Titular de Biología Evolutiva en la Universidad nacional de Córdoba. Presidente de FUNAM y Premio Nóbel Alternativo 2004 (Estocolmo, Suecia).

Desde hace miles de años los principales ríos de Córdoba obtienen su agua de las serranías. Antes de que comenzasen los incendios y desmontes a gran escala, el buen funcionamiento del ecosistema nativo garantizaba la provisión de agua, incluso en inviernos de años muy secos.

Cuando las sierras están en condiciones ecológicas óptimas y tienen su biodiversidad intacta, la vegetación intercepta las gotas de las lluvias de verano, impidiendo que golpeen el suelo y lo dañen. El agua circula entonces por las hojas y tallos de las plantas, y alcanza el suelo, donde su permeabilidad facilita la infiltración. Esta "esponja blanda", edáfica, funciona bien mientras tenga vegetación nativa, ya sea un bosque de coco y molle, un matorral de romerillos, o un pastizal de altura. El agua infiltrada penetra luego en las rocas subyacentes, muy fracturadas, y se mueve lentamente hasta volcarse como vertiente. Esta "esponja rígida", rocosa, hace más lento el flujo de agua y permite que aún en temporadas más secas, como el invierno, las vertientes sigan descargando agua. Las sierras en buen funcionamiento impiden que toda el agua de lluvia del verano corra por la superficie (escorrentía). Los ríos tienen entonces agua todo el año aunque su caudal disminuya en invierno, transportan poco sedimento, y los embalses se colmatan menos rápidamente.

Cuando las sierras son incendiadas y se destruye su vegetación las gotas de lluvia alcanzan el suelo, y lo disgregan. Queda sometido entonces a los efectos erosivos del agua y del viento, y a la insolación. La impermeabilidad de lo suelos quemados y sin vegetación facilita la circulación del agua en superficie (escorrentía), y reduce la infiltración. La fuerte pendiente de las sierras hace que el agua corra con violencia y arrastre consigo suelo y organismos vivos. Como la "esponja blanda" del suelo no funciona, el agua deja de llegar a la "esponja dura" de las rocas, y las vertientes desprovistas de su fuente de alimentación merman el caudal o se secan. En verano la mayor parte del agua de lluvia alimenta los cursos de agua, que tienen crecientes cada vez más importantes. Transportan además una mayor cantidad de sedimentos, y la vida acuática pierde biodiversidad. Su mayor aporte de fósforo y nitrógeno a los lagos aumenta la eutroficación. Hay floraciones de bacterias tóxicas, y su tratamiento se torna más complejo y costoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario